La decadencia causado por el cierre de la fábrica de tanino, perteneciente a la Empresa “La Forestal S.A.”, en la década del 50 que constituía el centro de la vida del pueblo de Villa Guillermina, y de muchos otros, provocó el éxodo de la gran mayoría de sus pobladores, quedando solo un grupo de familias como custodios de los bienes patrimoniales que, hasta hoy día, testimonian calladamente cien años de historias.
Provocó también el olvido de valores, tradiciones y creencias, el abandono de un patrimonio edilicio característico de la época, el deterioro de la economía con todas sus implicancias, la pérdida de servicios comunitarios que, otrora fueron orgullo de los guillerminenses, dejando un pueblo con desocupación, miseria y atraso, analfabetismos, clausuras de escuelas, insuficiencia sanitaria y otras, matando las esperanzas puestas en aquello que acrecienta la dignidad humana: el trabajo.
Y, aunque muchos años después otra fábrica se instaló en nuestro pueblo, no es suficiente para cubrir la demanda laboral y lograr el desarrollo de crecimiento que todos merecemos.
Rescatar esos valores culturales forestaleros, es el compromiso que asumimos como hijos de este pueblo, como pago de una deuda al esfuerzo de los pioneros y como herencia para nuestros hijos y nietos, un legado histórico-cultural que será la fuente que permita mejorar nuestra calidad de vida.
Provocó también el olvido de valores, tradiciones y creencias, el abandono de un patrimonio edilicio característico de la época, el deterioro de la economía con todas sus implicancias, la pérdida de servicios comunitarios que, otrora fueron orgullo de los guillerminenses, dejando un pueblo con desocupación, miseria y atraso, analfabetismos, clausuras de escuelas, insuficiencia sanitaria y otras, matando las esperanzas puestas en aquello que acrecienta la dignidad humana: el trabajo.
Y, aunque muchos años después otra fábrica se instaló en nuestro pueblo, no es suficiente para cubrir la demanda laboral y lograr el desarrollo de crecimiento que todos merecemos.
Rescatar esos valores culturales forestaleros, es el compromiso que asumimos como hijos de este pueblo, como pago de una deuda al esfuerzo de los pioneros y como herencia para nuestros hijos y nietos, un legado histórico-cultural que será la fuente que permita mejorar nuestra calidad de vida.
1 comentario:
Muy interesante historia
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